Como ya anunciábamos ayer, I Love Retro vuelve a la carga. Por eso, y como nos va el vintage más que a un niño un caramelo, nos hemos ido de campo. Es decir, de visita al exterior para conocer más a fondo los anticuarios más «in» del momento, ya que muchos de ellos de ellos estarán en I Love Retro. Tienen todo lo que queréis: la Tolix, el cartel años 40, el mapa, la bola del mundo, las letras industriales para escribir amor, el mueble mid-century que me cabe justo en el hueco del salón, todo eso y mucho más lo tenéis en el Rastro de Madrid. Y aquí os dejamos una bonita selección de tiendas para visitar y si los queréis ver a todos juntos, pasad este fin de semana por la estación de Chamartín (del 18 al 21 de octubre). Algunos se nos quedaron fuera, por falta de tiempo, que no de ganas.
Empezamos por La Brocanterie, atendida con todo el encanto del mundo por Francisco y Peter (y su traviesa Jack Russel). Lo tienen todo y todo muy bien puesto. Que queréis letras, pues letras; mapas, ídem; globo terráqueo, of course; Tolix, faltaría plus. Hasta un chester verde oliva (que no quiero que miréis mucho por si me da una ventolera y me lo quedo).

La letra con sangre no entra. Mejor aprender el abecedario tocándolo y mirándolo.

Llevan poco tiempo -algo más de un año-. Lo justo para traer aire fresco a nuestro quartier más retro. Situada en la esquina de la calle Santa Ana con Rodrigo de Guevara, este magnífico local, alberga una gran cantidad de objetos, muebles y lámparas de diferentes épocas, pero siempre poniendo el acento en lo más «hot». Si el AD es tu Biblia, esta va a ser tu segunda casa.

“¿Qué luz es la que asoma por aquella ventana? ¡Es el Oriente! ¡Y Julieta es el sol! Amanece tú, sol, mata a la envidiosa luna».

Del club social del XIX, al salón del siglo XXI.

Para imitar caseramente a Galileo o elegir a dedo el lugar de las próximas vacaciones.

Un amor.
Seguimos con la nueva ola y nos acercamos hasta La Recova. Allí África, con toda su simpatía -que es mucha-, nos deja libertad absoluta para contemplar «la casa». Hasta un Seat 600 cabe en este templo del vintage. Mucho mid century, lámparas, espejos y objetos para hacer un «Cuéntame» en cada rincón.


¿Alguien se acuerda de aquello de marcar girando la rueda? Molaría hacerlo otra vez.

Está claro que el sol brilla por todas partes.

Los años 50 han vuelto con fuerza. Es más, nunca debieron irse.

Letra y cristal. Bonita combinación.
De La Recova, a Reno. Por aquello de que empiezan por la misma letra y porque el mid century les toca también. Pero en este caso con aire nórdico, holandés y alemán. La tienda posee una parte de atrás inmensa -que Alfonso, el dueño, nos invita a visitar-, cuajada de estilosos muebles de diferentes nacionalidades, enmarcados en los años 50 y 60. Especial atención hay que prestar al techo y las paredes por la selección de lámparas y espejos de la época.


Sillon Folke Ohlsson con reposapiés de 1960, silla holandesa de 1950 sobre el aparador y en primer plano, silla para niños de Alvar Aalto de 1935.
Si la necesidad es conseguir una buena pieza de mid century con un punto nórdico, habéis llegado al sitio apropiado. Buscad y encontraréis. Y por supuesto, también tendréis un chester, letras y alguna sorpresa más.

Dorada: lámpara Hans Agne Jakobsson, Suecia, 1960.
Azul: lámpara danesa de metal lacado, 1960.

La trastienda de RENO.
Cruzamos la calle Mira el Río Alta, porque el vecino de enfrente también nos interesa. Non Vacui. Antonio (su mujer Ana no está hoy) nos deja hacer. El local es pequeño, pero ya sabéis lo que dicen sobre las esencias. Aparadores mid century, porcelana alemana de los 60, 70 y 80, teléfonos de ciencia ficción y afiches con fotogramas de Woody Allen. Mucho detalle, porque en ellos está siempre el gusto.

Butaca y mesa alemanas de los 50-60, espejos sol, fotogramas antiguos y porcelanas.

Haciendo la «guerra fría» Mesa alemana de los 60. Sobre ella el teléfono Genie, comercializado por American Telecommunications en EEUU, en la misma época.

Ya lo vimos en Decoracción, pero nos sigue gustando: Teléfono Sculptura, conocido como «donut». Diseñado por Donald M. Genaro y comercializado por Western Electric en EEUU a mediados de los años 70.
Por seguir en la misma calle entramos en el paraíso de Odalisca 1900-1950. Hablamos con Lola, que me dice que de nueva nada, que ella lleva en esto 20 años. Nueva la tienda. La otra, está en las Nuevas Galerías (Ribera de Curtidores, 12). Pero sí que está en la onda. A pesar de su especialidad en Decó -el pobre tan abandonado en los últimos tiempos- la selección en Odalisca abarca piezas de la primera mitad del siglo XX y otros enseres que al gusto de su dueña se antojan. Ved y mirad: mid century, cristal, mueble Art Decó, carteles industriales y un largo, pero largo, etc.


Flores de cristal alemán de los 60. Bonito jardín.

Con este juego para el zumo y los hielos, sólo nos falta el guateque.

Rarezas y objetología, una afición maravillosa.
Dejamos Odalisca, y por asociación de ideas nos vamos a Living Retro. Porque el Decó reina aquí también, aunque comparte casa con mil y una historias. Las dos tiendas situadas en las Galerías Piquer (Ribera de Curtidores, 29), emanan un bonito caos, de esos que atrapan, sembrado de mil semillas distintas. Los muebles y objetos decó están, pero hay que descubrirlos entre maniquíes, sombreros, tocados y estolas de plumas. Judith, la flamante propietaria de Living Retro, opta por una mezcla explosiva incluyendo en su género desde un abanico del siglo pasado, hasta un mueble industrial, pasando por un bolso de Loewe Vintage. Y ¿por qué no?

Para pasar la tarde entera si se quiere, analizando, mirando y disfrutando.

Presiento que Fred Astaire va a aparecer en cualquier momento.

Los ingleses solo pueden tener salero de esta forma. Sal y pimienta con bombín.

Cóctel de estilos.

Nos ha gustado tanto la pared de espejos sin marco, que dejamos un macro.
En las mismas Galerías Piquer, en la planta de abajo, nos refugiamos en Barataria. Gonzalo posee una ínsula irreverente y provocadora que se esfuerza por huir de las etiquetas. Lo mismo es adecuado un sillón chester que una oda a Burt Simpson en forma de escultura. Chandeliers imposibles, felinos de escayola, algo industrial, algo azul, algo viejo y nada nuevo, por favor.



Al otro lado de la Ribera de Curtidores, nos vamos a The Point (Nuevas Galerias, Calle Ribera de Curtidores 12, Tienda 54). La tienda de José Sousa tiene una gran puesta en escena. Nórdico, Centro Europeo y producción española, donde el mueble industrial y de oficio brilla con especial intensidad.

La mesa que nos enamora. Madera vista y sillas de diferentes familias. Y una Tolix de buen pedigree que no podía faltar a la fiesta.

Como segunda alternativa, otra composición.

Una palabra adecuada para referirse a The Point.
Para acabar salimos al mundanal ruido por la calle López Silva y antes paramos en el número 3. A trozos, un bonito y sinuoso bazar donde hay casi de todo. Una inmensa colección de lámparas de muy diferentes estilos, juguetes, Decó, mid century y hasta una máquina de café industrial. Pasen y vean, y por favor, no se vayan con las manos vacías.

Camarera y revistero para ambientarse en otra época.

Melange de aquí de allá. Lo mejor para llenar una estantería.

¿A qué jugaban nuestros padres? No es una pregunta capciosa, es sólo para que descubráis toda la trastienda de A trozos y paséis un buen rato.
Aquí lo dejamos. Nos faltó la visita a La Europea y a Vintage 4P, que justo ese día no estaban abiertos. Otra vez será. Y lo dicho si os gusta el vintage en cualquiera de sus formas del 18 al 21 de octubre, en el ático de la Estación de Chamartín I Love Retro os espera. De 10 a 21 horas.
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