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Hay trabajos que requieren no sólo un largo período de tiempo para su elaboración, sino también una larga paciencia. Este es el caso de este cabecero. Nacido como una idea simple, basada cien por cien en el friso de Beethoven de la Secesión de Viena, pero minimizado en sus dimensiones al 1’35 de una cama normal. El proceso es largo y conlleva muchos pasos. A continuación podéis ver la primera fase, donde la tabla ha sido pintada con una veladura blanca y sobre ella se ha realizado el dibujo con la técnica del punteado (se dibuja el motivo a línea sobre un papel. Después se perfora la línea punteándola. Finalmente, se coloca la hoja perforada sobre la tabla y se pasa un trapo con polvo de color, de manera que las partículas pasen a través del papel perforado y nos marquen la línea en la tabla. Luego se unen los puntos y se hace el dibujo). Después, se ha aplicado una base de cola de conejo en las partes que serán doradas y sobre ellas, una vez secas, un pigmento rojo o azul según el color final del oro que queremos conseguir. El dorado preliminar ya está dado. Para perfiles y remates usaremos pintura dorada.

Poco a poco hemos ido completando toda la superficie. Mucho trabajo de pintura y dibujo patra recrear todos los detalles. Menos mal que nos dio por dejar dos figuras en papel. Para el acabado, un barniz mate incoloro y como remates de la tabla una moldura antigua reciclada. Resultado final aquí.

Referencias:  http://www.secession.at/